Fueron horas de incertidumbre. Cuando comerciantes y propietarios de bares y restaurantes leyeron el título acerca de que Tucumán volvía a Fase 1, siguiendo el decreto firmado por Alberto Fernández, comenzaron a pintarse la cara en son de guerra. Pero no querían tomar las armas hasta tener una confirmación oficial.
Así, basados en lo que había dicho el gobernador, Juan Manzur (“El Gobierno de la Provincia va a acatar el decreto del Presidente, que tiene fuerza de ley y que además es razonable desde el punto de vista sanitario”) comenzaron con reuniones para decidir qué hacer ante el posible cierre de sus actividades.
Las charlas se extendieron hasta poco antes de la medianoche, y nadie quería hacer declaraciones ya que no había aún nada oficial. Pero había posturas que iban incluso hasta no acatar el DNU y seguir trabajando. Finalmente, con la comunicación en mano respiraron aliviados. Nada cambiaba y podrían seguir con sus actividades.